How do people fall in love? Seems like such a simple question, but there are at least as many answers as their are persons in the world--and almost certainly more. It's different for everyone, every time, and that's what makes it such a sublime experience, what makes it the single most human event in our lives. These poems try to capture some of the ways that I have fallen in love, the drives and sensations behind them as well as the overwhelming power of the experience. As always, I hope you enjoy them.
I. Rhythms
The music of life picks out its
Enthralling rhythm in your dark eyes,
Expertly playing its pentatonic of conviviality
in the way they gleam brighter than stars,
In the curve of your lips and the sway of your hips,
Until all the world becomes ensnared,
Slaves to the music that dwells in your soul.
And then, at once, that devilish player
Strikes a resounding chord with just a flash
Of your elusive smile,
A major thing, infusing the ear with its genial worth
and sonic power.
He changes then and strums another--this one
the ebon temptation of your locks,
And another! The way your laugh
pierces the hearts of all who hear it,
And another! The unfiltered ecstasy it is
to be graced by your presence.
He plays them now, unseen, releasing the notes
that you are to the room,
And the room dances madly, clapping their hands
in order to keep time with the frenzied pace,
Joining their music to yours.
And I go among them, clapping and dancing
more fervently than any other,
Captured and hypnotized by that rapturous music
that I hear whenever I look upon you.
II. Ambush
From what
feverish dream did you invade,
Which
exquisite madness gave you life?
Before—a
phantasm, an echo, a reflection!
An
insubstantial creature of thought,
Girded
about by half-sensed, fiery desire
And crowned
with a wreath of forlorn hopes.
But now, now
in this hidden hour of the soul
You charge
like some enraged beast
Out of the
jungles of my imagination,
Rampaging
unchecked and unchallenged
As you tear
through the veil that hitherto
Kept you at
bay, kept you a half-formed,
Half-dreamed,
half-conceived and half-wished
Fantasy
that had no rightful place in my heart.
But it was
not enough, could never have been enough!,
To check
your advance: you forced your way in
And have
become entrenched, unyielding.
And now I
can’t escape you, cannot retreat from you,
And daily
the desire to do so ebbs.
You engulf
me, assault my dreams
And my
waking thoughts in equal measure,
And I offer
diminishing resistance.
I think I’m
beginning to love you.
III. Detrás del portal
Me encuentro desanclado
del flujo inexorable del tiempo
Cuando miro a tus ojos alejandritas
con ansia, con amor;
Echado a la deriva por un
mar tempestuoso sin refugio,
Azotado sin poder hacer
nada, una hoja por el oleaje
O una sola, asediada
llama parpadeando en una tormenta.
Y reculo antes del poder
terrible y tremendo
De esos ojos hechiceros,
a la vez aterrorizado y acobardado,
Arrastrado al abismo por
un deseo gigantesco,
Un deseo imposible de quedar
arraigado para siempre a tu lado,
De pasar estos mis días intemporales
por tu abrazo,
De llenar mi eternidad
con tus besos y con tus suspiros,
Y de desvanecerme con alegría
al olvido mientras el fuego irresistible
Que prendes por mi alma
me quema a cenizas, echadas al viento.
Pero parpadeo, y me
entero que acabo de sentarme a tu lado,
Que no ha transcurrido más
que un sólo momento evanescente
Mirando fijamente a tus
ojos y siendo perdido por la infinidad.
IV. Soñador
Aunque consciente, me desperté como de un sueño,
Un sueño que me apoderaba sin señales,
Un sueño que me parecía—ojála—inacabale:
¿Y quién conoce todos los senderos del sueño?
¿Quién ha recorrido todos sus campos anchos y abiertos,
Sus montañas nevadas con sus cumbres ocultados por las nubes,
Las rejizas tenebrosas que duermen al fondo de sus mares,
Los altos y frescos palacios de su cielo azulado?
¿Quién ha experimentado el beso divino de sus mil soles,
El extásis indescribible de vagar por aquellos dominios,
El placer de estirarse hacica la eternidad por sus playas,
El hechizo todopoderoso de quedar infinitamente por aquél reino?
Pues yo soy él quien tiene este conocimiento místico,
Él que ha recorrido estos caminos misteriosos,
Él que ha experimentado todos sus secretos ocultos.
Conozco este dulce y divino misterio, y experimento
Esta abundancia de felicidad y amor celestial
Cuando me desperté y veo tus ojos alejandritas
Clavados cariñosamente en los míos.
IV. Soñador
Aunque consciente, me desperté como de un sueño,
Un sueño que me apoderaba sin señales,
Un sueño que me parecía—ojála—inacabale:
¿Y quién conoce todos los senderos del sueño?
¿Quién ha recorrido todos sus campos anchos y abiertos,
Sus montañas nevadas con sus cumbres ocultados por las nubes,
Las rejizas tenebrosas que duermen al fondo de sus mares,
Los altos y frescos palacios de su cielo azulado?
¿Quién ha experimentado el beso divino de sus mil soles,
El extásis indescribible de vagar por aquellos dominios,
El placer de estirarse hacica la eternidad por sus playas,
El hechizo todopoderoso de quedar infinitamente por aquél reino?
Pues yo soy él quien tiene este conocimiento místico,
Él que ha recorrido estos caminos misteriosos,
Él que ha experimentado todos sus secretos ocultos.
Conozco este dulce y divino misterio, y experimento
Esta abundancia de felicidad y amor celestial
Cuando me desperté y veo tus ojos alejandritas
Clavados cariñosamente en los míos.
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